¿Cómo afecta la postura en nuestro bienestar?
Nuestra columna vertebral tiene por naturaleza unas curvaturas propias que determinan la buena alineación de la misma y que, con el paso del tiempo, si no somos capaces de mantener, terminan por darnos problemas tanto de funcionalidad como musculares y pudiendo llegar a afectarnos a toda la columna en sí, espalda, cuello y hombros.
Algunas veces esta desalineación de la columna viene originada por alguna enfermedad padecida a lo largo de nuestra vida, algún traumatismo grave o problema físico que afecta a la postura. Las malas posturas que adoptamos de manera inconsciente, terminan traduciéndose en dolores de espalda, cervicales y hombros, así como en un debilitamiento muscular, contracturas, dolores de cabeza o vértigos, a la vez que con el paso del tiempo si no se toman las medidas correctivas adecuadas se produce un encorvamiento de la columna.
Para corregir la postura de la espalda:
Es importante destacar que las malas posturas se tratan de forma diferente en función de la edad:
Niños en edad de crecimiento: un médico especialista, si hay una desviación de la columna vertebral (escoliosis, cifosis, etc.) en cuyo caso se buscarán corsés o tratamientos correctores o si es únicamente un vicio postural en cuyo caso podemos aplicar el mismo tratamiento que para un adulto y que ahora comentaremos.
Adultos que han terminado su desarrollo: cuando las estructuras óseas han terminado de formarse ya no existe capacidad de corrección de no ser de forma quirúrgica. En estos casos el tratamiento sólo puede ser conservador y preventivo de futuras deformidades.
En adultos con el desarrollo finalizado, el uso de un corrector postural servirá de ayuda y que debería compaginarse junto con una terapia manual por parte de un profesional fisioterapeuta. Nunca debemos olvidar los consejos para mantener nuestra salud:
- Mantener una alimentación sana y equilibrada.
- Realizar ejercicio físico moderado y ayudándonos de un fisioterapeuta.
- Dormir con la postura adecuada, evitando almohadas de grandes dimensiones
- Dormir con toda la espalda apoyadas sobre un buen colchón.
- Uso de correctores posturales.